Los proyectos de software libre tienen uno de sus pilares en la meritocracia.
Mientras ésto contribuye a mejorar la calidad del código - nadie quiere sonrojarse poniendo su nombre a chapuzas - y que las decisiones las tomen quienes realmente hacen cosas, tiene una importante contrapartida: los egos heridos.
El manido ejemplo de la catedral y el bazar podría cambiarse por el batallón y el patio de colegio.
Es increíble, incluso siguiendo de cerca el mundillo, la cantidad de alternativas a un mismo problema, muchas veces quedando todas a medio camino de una solución real en versiones 0.x.x Visto desde fuera debe ser aun más alucinante.
Leer los flames, casi infinitos, sobre si tal o cual biblioteca, toolkit o licencia es mejor dando bandazos entre el tecnicismo más absoluto y los ataques ad-hominem es un buen ejemplo del lado chungo de la meritocracia.
Los corazones despechados haciendo forks porque no se sienten valorados no tienen nada que envidiar a los de un reality cualquiera. Es muy fácil que esto ocurra dentro de un colectivo que no se caracteriza precisamente por estar dotado de habilidades sociales (lo digo desde una posición cercana, no se me ofendan que nos conocemos).
Al final, los viajeros que atraviesan estos ecosistemas libres corren serio peligro de acabar con una empanada mental y devorados por la fauna, siempre mutante, que los habita. La biodiversidad, además de grande, no tiene líneas marcadas sino millares de especies constantemente naciendo de la nada y muriendo como centellas sin descendencia fértil.
Tanto para pequeños usuarios finales como para empresas este puede ser un mundo difícil. Un caso sangrante al que estoy asistiendo actualmente es el de Asus y su Eee PC.
Primero: las maquinitas de Asus viene en dos sabores a elegir: Windows XP o Xandros.
La primera diferencia que verá el comprador en la tienda será el precio, probablemente un 50% mayor en la versión Windows debido únicamente al precio de la licencia del sistema. Me he dado cuenta que muchos de los compradores en su vida se habían planteado escoger entre sistemas y dada la escandalosa diferencia se han decantado por una nueva opción. Hasta aquí, sin problema.
Asus ha trabajado para hacer los arreglos necesarios para que todo el hardware de su ordenador sea perfectamente reconocido por Xandros (trucos aparte), siendo completamente operativo nada más sacarlo de la caja. El problema viene al querer instalar programas o incluso actualizar los ya existentes en la preinstalación.
El software existente en los repositorios propios de Asus es menos que escaso y tiene un mantenimiento más que deficiente, entre otros motivos porque Xandros es un engendro (hay quien dice que
usarlo es como criar mulas). Si queremos añadir repositorios con programas adicionales y más actuales tenemos que ir con pies de plomo ya que es terriblemente simple cascar cualquier cosa con resultados impredecibles. Es como jugar a fútbol en un campo de minas.
¿
Por qué entonces emperrarse en usar Xandros? Realmente no veo motivos si existiesen alternativas reales para usuarios finales, basadas en software libre. Y digo para usuarios finales porque es a quienes está orientada esta máquina Eee (triplemente
Easy, fácil) .
No se puede pretender en serio que para instalar cualquier programa haya que ser un poco friki de Unix.
No se puede pretender que el sistema no reconozca a la primera todos y cada uno de los componentes de una máquina con hardware específico. El resto de distros típicas requiere excesivo toqueteo para un usuario típico.
No se puede someter, a ningún usuario, a un infierno de dependencias y actualizaciones cruzadas y sin probar.
Que nadie tome una idea equivocada. Sigo siendo un apasionado del sofware, cultura y conocimiento libres.
Lo que me fastidia es por la cabezonería y la nula estandarización.
Por lo que cada día paso menos, ya casi nada, es por sobreponer el arte y el genio del desarrollador de turno por encima de prometedores desarrollos de ingeniería.
El software libre tiene actualmente varios problemas y uno, aunque suene paradójico, es la dependencia de la comunidad y de sus caprichos.
Mucho trabajo pesado lo realiza la gente en su tiempo libre, sin ataduras, por simple afición y voluntad. Por meritocracia y ganas de hinchar de ego un corazoncito (respetuosamente) friki.
Quitando ese componente no habría muchos incentivos para trabajar por la cara, fuera de las empresas. La meritocracia es empuje y a la vez lastre.
Además, los frikis no solemos pensar en la gente "normal" cuando trabajamos, sino que le presuponemos bastantes conocimientos y voluntades que no tiene. La gente compra ordenadores para instalar sistemas o cacharrear, los compran para hacer cosas. Ésto es algo que casi casi siempre se olvida.
El bazar se construye según sople el viento y brillen las estrellas que guían las caravanas de mercaderes a través del desierto electrónico.