2006/12/14

Abandonware, entrañable y necesario

Me empiezo a poner pesado con los "entrañables disquetes", los entrañables juegos y el no menos querido cacharroware. No sé si será el tiempo que llevo coleccionándolos o la experiencia que poco a poco voy cogiendo.

A quienes nos dedicamos a la informática nos gusta lo nuevo, lo innovador; por definición. Si no es así probablemente algo falle o nuestra vocación sea espuria. Excepciones las hay, pero realmente pocas. Lema de ingeniero es "si funciona, no lo toques", pero al mismo tiempo busca una manera de que funcione mejor.

Ocurre que uno no nace cada día, ocurre que suma experiencia y trabajos en su haber. Suele pasar que no uno no quiere deshacerse constantemente de su viejas cosas. Al tratar con información intentamos proteger ésta de todo mal y hacerla eterna.

El problema es que, desde que comenzó el abandono del papel como soporte primario para la información y pasamos a la informática, la tecnología no se detiene y los medios cambian constantemente. Y ya no podemos tener la misma confianza en poder acceder a las cosas que guardamos; al menos no con la misma de cuando escribíamos de forma legible para nuestros propios ojos.
Y es que nuestros ojos han cambiado. Han tenido que agudizarse para ser capaces de leer partículas magnéticas y micro-orificios en películas plásticas, y lo que leemos a diario hoy puede que no lo podamos leer mañana. Necesitamos conservar una copia de nuestros ojos de hoy junto con lo que escribimos también hoy.

Tienes dos opciones

  • Renovar todos tus datos con cada nueva tecnología. Migración completa.
  • Conservar algunas máquinas y soportes antiguos.
Cada uno ve lo que es mejor en su caso. Yo suelo escoger la segunda, sobre todo sabiendo que así contamino lo menos posible.

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