2009/03/12

Comercio justo de verdad

Cada vez más colectivos se apuntan al comercio justo. Desde instituciones, empresas que quieren vender una imagen menos dura, colectivos progresistas y más frentes se lanzan frecuentemente campañas en favor del comercio justo" como un concepto único y no la suma de dos: comercio y justicia.

Lo que todavía no he escuchado a esta gente es pedir de forma viva que se eliminen los aranceles a la importación de productos agrícolas y manufacturados de países no comunitarios, particularmente aquellos en vías de desarrollo o, directamente, del tercer mundo. Una eliminación completa de aranceles haría que fuesen competitivos, que puedan tener una posición real en el mercado por derecho propio y no unas limosnas porque se lo merecen por simpáticos. Lo que merecen es poder competir con los demás en igualdad de condiciones, no darles unos metros de ventaja pero hacerlos correr con los pies atados.

Si nuestro país ha mejorado ostensiblemente desde el 86 es en buena parte porque mantenemos relaciones comerciales fluidas con el resto de la Unión Europea y porque no hemos tenido que competir con países que produzcan más barato que nosotros. Es decir, en materia agrícola e industrial hemos progresado a costa de las ventas de otros países (normalmente con peores condiciones económicas). Un contraejemplo es nuestro sistema bancario, fuerte por ser competitivo en un ambiente de libre circulación de capitales.

Por eso, además, de apoyar las iniciativas existentes de comercio justo, me gustaría que los grupos universitarios, lobbies de opinión y organizaciones de cooperación al desarrollo se hiciese llegar al público las causas reales del desequilibrio comercial: son nuestras políticas internacionales las que limitan el crecimiento de otras poblaciones. El proteccionismo europeo mata. Además, creo que sería interesante iniciar una recogida de firmas por la derogación/reforma de la PAC y reforma los tratados de libre circulación de mercancías y capitales.

Quitar trabas es más importante que dar facilidades. Sin trabas las facilidades no son necesarias porque no hay obstáculos extraordinarios que salvar.
Creo firmemente que la lucha contra la especulación, los márgenes excesivos de los intermediarios y la eliminación de barreras comerciales son pasos imprescindibles para poder aportar justicia al comercio; llegar a un verdadero comercio justo.

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