Pues sí, queridos amigos, la selección española de fútbol ha ganado la Eurocopa.
Increíble pero cierto. Han vencido al miedo, al desengaño, a la apatía que provocaban desde hace 24 años los cuartos de final de una gran competición y no sólo han pasado de allí sino que se han comido con maestría a todas las selecciones con las que se han enfrentado hasta alzarse con la copa.
Y no me gusta el fútbol, al menos el negocio que es lo que empapa el dia a dia de este deporte, pero tengo que reconocer que han jugado bonito, que ha dado gusto verles y que he perdido el culo por ir a la plaza de Colón a recibirles tras una gesta que parece devolver la confianza a un país en el que desde hace décadas parece indigno demostrar un mínimo orgullo por haber nacido aquí so pena de ser señalado como un fascista independientemente de las convicciones de cada uno (y los peores señalando son los que defienden a ultranza las banderas y los fueros de su terruño).
Un buen espectáculo, una buena fiesta en el que el ambiente fue realmente alegre y cordial.
Espero que los críos que estaban ayer allí tengan un mejor concepto de su país del que absorbió mi generación cuando teníamos su edad, en la época de aquella final que marcó dos décadas de derrotas.
Increíble pero cierto. Han vencido al miedo, al desengaño, a la apatía que provocaban desde hace 24 años los cuartos de final de una gran competición y no sólo han pasado de allí sino que se han comido con maestría a todas las selecciones con las que se han enfrentado hasta alzarse con la copa.
Y no me gusta el fútbol, al menos el negocio que es lo que empapa el dia a dia de este deporte, pero tengo que reconocer que han jugado bonito, que ha dado gusto verles y que he perdido el culo por ir a la plaza de Colón a recibirles tras una gesta que parece devolver la confianza a un país en el que desde hace décadas parece indigno demostrar un mínimo orgullo por haber nacido aquí so pena de ser señalado como un fascista independientemente de las convicciones de cada uno (y los peores señalando son los que defienden a ultranza las banderas y los fueros de su terruño).
Un buen espectáculo, una buena fiesta en el que el ambiente fue realmente alegre y cordial.
Espero que los críos que estaban ayer allí tengan un mejor concepto de su país del que absorbió mi generación cuando teníamos su edad, en la época de aquella final que marcó dos décadas de derrotas.
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