2007/03/13

CSI El Bierzo

Me suelen gustar las series de televisión policiacas, aunque haya detalles completamente fuera de lugar y los criminales siempre cometan errores. Realmente nunca me imaginé a un chorizo contando detalles de sus delitos a los cuatro vientos sin saber realmente lo que está haciendo.

Sin embargo ayer me ocurrió eso mismo. Por casualidad escuché una conversación telefónica en la que un alcalde berciano daba todos los detalles sobre una de sus corruptelas e insinuaba algunos más sobre otras operaciones pasadas y futuras. Realmente me costó no reirme a carcajadas, pero el temor a descubrirme y perderme el resto de la confesión me mantuvo callado.

Desde que tengo uso de razón, o lo que sea, jamás he puesto la más mínima confianza en un político. Las pocas veces que mi falta de cerebro me han hecho mirar con algo de interés alguna figura esta ha resultado ser una sota de oros, un pendón desorejado, una hemorroide vociferante o un caradura victimista; o todo junto.

Ahora ya tengo pruebas empíricas de que son unos mangantes independientemente del tamaño de su parcela, de su "alineación política", de su origen social, de su raza, su idioma, su hemisferio.

Como se suele decir, en todos lados cuecen habas; no sólo en Alhaurin de la torre.

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